lunes, marzo 25, 2013

Pacto de ficción

"Mal que nos pese, todos somos ficciones. Ficciones verdaderas."
Jorge Volpi

En el libro Leer la mente, Jorge Volpi hace un brillante análisis del proceso creativo, el cual, además de ilustrarnos con respaldo científico sobre el funcionamiento del cerebro y el proceso de la percepción, nos brinda también una lectura cálida aderezada con geniales chispazos de humor. Admito que no he terminado de leerlo todo, pero es mucho lo que ya me puso a pensar. Más allá de imaginarme a los cavernícolas relatando historias (ficciones) a la luz de un fuego recién inventado y de contagiarme del gozo que produce el poder trasladarse, aunque sea momentáneamente, a la mente de otro ser, me hago consciente de los alcances de la ficción en la vida diaria y de la cantidad de pactos que aceptamos, sin una verdadera conciencia, para llevar una vida "políticamente correcta", entre otras cosas.

Ventaneando a otro querido amigo, quien ocupa el noveno lugar en una serie de diez hermanos, ejemplifico esto de los pactos "decentes" de ficción. Resulta que como todo buen estudiante universitario, interesado plenamente en su carrera y en su novia, se veía en ocasiones obligado a matar los dos pájaros de un tiro, cuando se acercaba algún examen para el cual resultara más fácil estudiar juntos que separados:
–Me quedaré a dormir en casa de mi novia –avisaba llanamente a sus padres. Los señores, digno ejemplo de la decencia más irreprochable, ponían el grito en el cielo: 
–¿Cómo es posible tanta desfachatez? 

El décimo hermano hacía exactamente lo mismo:
–Me quedaré a dormir en casa de mi primo Javier –afirmaba mirando alternadamente los ojos de sus padres.
–Está bien hijo, que te vaya bien.

Todos sabían que mentía. Todos sabían que se quedaba con su novia. Todos fingían que se quedaba  en casa de su primo, incluso cuando éste aparecía de pronto de visita. En esos casos el pacto se veía apenas levemente fragmentado, porque nunca faltaba la hermana o hermano misericordioso que salía al paro, como un dramaturgo emergente, restaurando el guión inventándose una nueva historia. Ante la misma situación, el hermano 10 que mentía era decente y el hermano 9 que decía la verdad era indecente. ¿Cómo explicarse esto?

"Como yo no puedo saber si tú tienes una consciencia semejante a la mía, me conformaré con hacer como si la tuvieras", dice Jorge Volpi.

Vaya reflexión... 

... como yo no puedo (o no quiero) saber si me quieres como yo te quiero a ti, me conformaré con hacer como si me quisieras...
...como yo no puedo saber si te das cuenta de las cosas, me conformaré con hacer como si te dieras cuenta (o no)... a conveniencia

Autoengaños, idealizaciones, mentiras piadosas, complicidades, películas, libros, religiones, filosofías...

La verdad no peca pero incomoda.

Somos ficciones verdaderas, inclusive la mismísima verdad.


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