martes, enero 22, 2008

navíos



La certeza del mapa terrestre, se convirtió ayer en barco.
La rosa de los vientos se ha fugado con el norte;
y las agujas de la brújula señalan a un señor,
que circula por Reforma tarareando una canción.
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En la proa de este barco puede verse el metro Hidalgo,
y subiendo por la vela se llega a San Ignacio.
Las calles navegantes ya no saben dónde están,
pues dejaron tierra firme, para descubrir el mar.
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domingo, enero 20, 2008

L´Abandon



El temor de tu recuerdo me duele hoy, Camille.
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La blancura de tu mármol
se confunde impunemente con mi lienzo pautado;
en el que las líneas pentagrámicas
se engrosan cual barrotes de una celda sin sentido.
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Boca sellada.
Ojos tapiados.
Mente censurada.
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Tu corazón y el mío yacen palpitantes
en el mudo exilio de la incomprensión mundana.
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Yacen de ternura.
yacen sin cariño,
yacen del amor.
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Por el idilio perdido y la falsa ensoñación,
que arde en estos ojos,
grita en esta mente,
pero sobretodo duele en esta boca;
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en esta boca necia que no se calla,
que no se duerme...
que es y estará siendo siempre
una eterna suspirante.
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lunes, enero 14, 2008

Sol de día.


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Sol de día y sol de luna, cuando no estás te llaman noche.
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Te miro naciendo en el mar lejano
y quisiera llevarte dentro de mi mano,
solecito niño, solecito nuevo
ven a mi casita a contarme un cuento.
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Rodaja de piña y molino de viento,
en tu tibio abrazo no exiten lamentos.
Cual pintor sin brocha, sin telas ni lienzos
quisiera pintarte solo con mis besos.
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¿Dónde estás ahora?
¿Porqué no te veo?
Es que de la aurora,
ha avanzado el tiempo.
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sábado, enero 12, 2008

Partida


Como de costumbre, los contempladores y yo salimos poco antes del crepúsculo; esta vez, con el corazón un poco oprimido pues sería la última tarde en que veríamos la puesta del sol desde la punta del cometa. Caminamos con tranquilidad por los acantilados, disfrutando la brisa salina y la luz serena que nos bañaba todavía con su tibieza. Al llegar, me senté un poco apartada de todos para sentir el viento en mi rostro y que así, con disimulo, se llevara mis lágrimas también saladas:
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No quería irme.
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Durante la estancia en el cometa, mi cuerpo ligero agradecía la ausencia de armaduras, corazas, cascos y espadas: En el cometa es posible la paz. Mi mente gozaba de una expansión ilimitada lejos de todo prejuicio, ideología o convención: En el cometa es posible crear. Mi corazón hablaba con una única persona; noche y día, día y noche. En el cometa es posible el amor. Mi alma gozaba la soledad tranquila de los días soleados y las noches estrelladas. En el cometa es posible la libertad.
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¿Porqué el regreso?
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¿Porqué?
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Quizás uno no debe cambiar el destino.
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Comenzó el descenso. El silencio absoluto invadió a todos los contempladores y también a mí. El Astro Rey, el Dios Sol se disponía a partir. Con su redondez anaranjada teñía el cielo de rosa, morado, rojo y amarillo... Por unos momentos nos hizo contener el aliento al perderse tras unos velos hindúes que parecían nubes, pero tímidamente seguía asomando sus rayos con coquetería por aquí y por allá; en los últimos minutos se desnudó del todo y mostrando su curvatura perfecta, sin más preámbulos, se sumergió en el mar. El nudo en la garganta apenas me permitía respirar; entonces, mis ojos tambaleantes captaron el canto lejano de una caracola, su sonido dulce y continuo fue reparando mi ser...¡toca de nuevo!; el segundo canto me inundó de una paz absoluta... ¡suena otra vez!; el tercero y último me hizo explotar en una sencilla risa de felicidad total.
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Supe que, el sonido me trajo al mundo, por el sonido vine a este mundo y para el sonido voy a otro mundo. Así pertenezco a este sistema.
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El regreso es inminente y, la felicidad se permea con la esperanza de saber que la magia me espera.
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