viernes, octubre 30, 2009

nightmare II

Me encuentro presa en una torre muy alta de un castillo. Mi condena consiste en tocar el piano sin parar, si me detengo en algún momento, del techo caerá una guillotina que me cortará el cuello, las manos y los pies de un solo tajo. Con tal de batallar menos, trato de tocar el repertorio "de restaurante" que nunca me salió en la vida entera, y que sigue sin salirme. Estoy agotada y cuento los minutos que faltan para los dos instantes en que puedo detenerme: cuando me llevan la comida y cuando voy al baño. De pronto, a deshoras, se abre la puerta del calabozo y aparece un señor-cuervo envuelto en una capa, apenas me ve de reojo y me advierte que no pare de tocar, pero que atienda lo que viene a decirme. Me previene de un nuevo peligro, de una feroz leona que me está buscando para devorarme, pero que sólo puede atacarme si dormito mientras toco. Comienza a entrarme un sopor inaguantable cuando de pronto la veo venir hacia mi. No sé cómo brinco y alcanzo a salir volando por la microventana de mi celda.
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El resplandor del sol ciega mis ojos.
Me sorprende no sentir la caída libre y me doy cuenta de que floto.
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Más bien planeo.
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Ahora soy una mariposa.
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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sigue soñando, explica con continua.
See you

Pipe dijo...

Hey! Me dio mucho gusto saber de ti despúes de tanto tiempo! Espero ya ser más constante, postear y leerte también. Un saludo.

Anónimo dijo...

Es toda una pesadilla pero con final feliz.
Sigue tocando el piano, por favor...
Un beso.