jueves, febrero 14, 2008

Transmutación onírica.

Inmersa en un mundo ficticio transito consternada,
después de descubrir en sueños que yo misma soy el diablo
y que mis cantos no lo ahuyentan.
.
A media noche recorro el sendero infinito de mis pensamientos,
con el viento frio y las luces estelares que curten mi mirada vagante;
que cuando ve no mira,
mas con los ojos perdidos observa siempre el mismo rostro,
constante, enternecido e interrogante.
.
El color indefinido de sus ojos me hace perder el rumbo
y me invita a entrar en él a través de sus pupilas.
Mis ojos no funcionan, me guío por el tacto.
.
Mis manos sienten sus mejillas y mi boca sus labios dulces.
Ahora no sé si el camino son mis pensamientos o sus emociones.
Escucho en el corazón un doble palpitar,
cuyo sonido me envuelve, me rodea y me confunde aún más.
.
Forzadamente abro los ojos y me veo...
y lo veo a él al mismo tiempo.
.
¿Es que acaso soy yo misma, el diablo, y este hombre?
.

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