Del ámbar, brotó el sonido.
El sonido es un catéter que introduce un canto por las venas.
Un canto añejo.
Laudamus te
Aliento de perlas peregrinas.
Rumor vibrante y
resonancia primigenia
de la que emana el aire.
Benedicimus te
El sonido del ámbar se respira.
Es el fuelle de la savia
que edifica la madera
del pino blanco que lo sustenta.
Adoramus te
Embelesos sonantes.
Panacea oscilatoria
de un errabundo suspiro
que encuentra en su cavidad la vida.
El ensueño de una vida.
La posibilidad de la existencia.
Glorificamus te
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