viernes, enero 19, 2007

Encuentro


"La inteligencia busca, pero quien encuentra es el corazón"
George Sand










"encuentro"Remedios Varo

jueves, enero 18, 2007

Hacia lo desconocido!

La configuración de una obra de arte: Un camino hacia lo desconocido.


Pocas cosas ha creado el hombre que impacten y trasciendan tanto como el arte. Los descubrimientos tecnológicos, arqueológicos o hasta astronómicos se ven opacados por una genuina manifestación artística. El trazo libre en una pintura rupestre, los enredos que ocasionan las líneas impresas en un libro o la complejidad de las organizaciones sonoras siempre parecen tener un ingrediente oculto que nos maravilla y asombra, que nos hace recurrir a ellas una y otra vez para recrearnos, identificarnos, emocionarnos y por un momento, quizás acceder a un plano que sabemos que nos trasciende, a algo que está mas allá. ¿A qué se debe esto? Esta pregunta quizás sea de las más interesantes que podemos plantearnos como humanos y también quizás la que tenga menos respuestas. Sin embargo cuando pienso en esta característica tan intangible que no puedo conceptuar con claridad, también hay algo en mi interior que la comprende y que la sabe, en una especie de conocimiento sin palabras, sin definiciones. Quizás porque sé que también me pertenece, que también la poseo, como seguramente la tenemos todos o casi todos los seres humanos. La prueba es que cuando aparece, cuando está en una obra de arte nos damos cuenta, la reconocemos y valoramos, en cambio cuando se nos presentan intentos artísticos que no alcanzaron a concretar esta parte del misterio, también nos damos cuenta y las obras se pierden en el olvido para siempre.

¿Cómo hace el creador para atrapar ese instante, sensación o enigma?

Los estudios psicológicos sobre la creatividad afirman que para crear es necesario entrar en un estado difuso de atención que muchas veces pone en entredicho los hábitos normales del pensamiento lógico. Esto significa que al momento de generar una idea creativa se da preferencia al pensamiento intuitivo o espontáneo que viene del subconsciente y es así como los procesos racionales pasan a un segundo plano. Sin embargo, para que pueda concretarse una obra, el pensador creativo debe ser capaz de alternar entre ambos tipos de conciencia.

La sublimación creativa consiste en interpretar y traducir el contenido de una fantasía del inconsciente. El material que la conforma, suele presentarse de manera caótica y desorganizada, sobre todo en un principio; sin embargo, si el creador en este momento trata de organizar y planear minuciosamente el desarrollo de la misma, muy probablemente se pierda mucha de la riqueza contenida en esa semilla de imaginación, ya que con el uso controlador del raciocinio se limitaría su desarrollo y evolución natural, incluso se perderían con certeza eventos sorpresivos o giros inesperados, ya que estas casualidades difícilmente son predecibles para la mente racional. Por estas razones esta parte del proceso creativo es la más difícil y conflictiva pues el creador se ve envuelto en una lucha entre raciocinio y espontaneidad, entre mantener el control absoluto o dejarse llevar por la intuición. La única salida es saber alternar entre ambos estados de la mente, y diferenciar cuáles procesos o tareas le corresponden a cada uno de estos.

Así pues, el desarrollo de la manifestación artística deberá confiarse al instinto, a la intuición, solo así podrán encontrarse salidas que la mente racional no sería capaz de vislumbrar, hay que dejar ir la imaginación aunque no se tenga necesariamente toda la información de a dónde o qué se puede llegar a hacer. Mientras tanto la mente racional puede ir trabajando en conocer el funcionamiento de las reglas o técnicas, en inspeccionar los nuevos terrenos e investigar lo necesario para poder llegar a donde la imaginación quiere. Y así, aunque no se tenga la certeza de a dónde se llegará o en lo que parará la fuerza creativa, se irá construyendo poco a poco un camino hacia el arte, un arte que podrá correr de una manera libre y natural, pero protegido por los bordes de un raciocinio bien utilizado que simplemente delimitará el contorno de su belleza.

miércoles, enero 10, 2007

renacimiento

Hay amores, que cuando no mueren matan
aunque amores que matan, nunca mueren.
J. Sabina.


He visto a vivos llorando muertos, que mientras los muertos estaban vivos no hacían mas que renegar de su existencia. He visto vivos que viven en lo que ya no existe, evocando cosas muertas, mientras la vida de cada día se les escapa entre los dedos de la mano. He visto vivos hartos de permanecer, a los que la vida les sale sobrando y quisieran que acabara, sin embargo permanecen. He visto vivos que han muerto, a los que he llorado y extraño, he vivido historias que me han matado y sin embargo sigo viva; muchas veces me he preguntado para qué... con qué sentido? He encontrado la respuesta a esta pregunta en cada atardecer y cada estrella, en una flor y también, en un sonido musical.